lunes, 17 de septiembre de 2018
Te vi
Cuando te vi sentada en la escollera de aquella playa desnuda por el frio intenso del invierno, me sentí cautivado por tu simpleza de vestir. No sabía si acercarme a saludarte. Nos conocíamos de la vida misma, del barrio y de las costumbres. Recuerdo que la primera vez que te vi, en aquella plaza me sonreíste. Todo fue mágico ese día, había viento y la ligera brisa agitaba los geranios. Tus palabras fueron una sinfonía mozartiana, que me agarró mi corazón y lo partió en dos. Flotaban en el aire azulado y soñoliento las hojas de aquel roble que desangraba sus hojas marrones. Tu mirada hizo vibrar mi corazón como un cristal. Aunque creo que nunca te lo dije, esa tarde me enamore. Ahora, solo tenía que acercarme y hablarte, pero el viento, ese fantasma ciego me hizo desistir de mi arremetida. Tenía miedo de que no me reconocieras. Al final, lo hice y gracias al cielo, hoy cumplimos 30 años de casados…
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Luego de una noche de fiesta, luego de una noche con amigos,
tú me contienes. He dejado en ti todos mis caprichos, frustraciones y temores.
Tu solo has visto mis problemas más íntimos. He pasado largos minutos sentado y
sin decir palabra alguna me has traído paz. Aunque debería dejarte hablar, tu
nunca me has dicho nada. Solo tu conoces todo mi ser. A pesar de que otras
personas te usen, yo te seguiré queriendo. El humo de mi cigarrillo no te molesta,
tampoco si escucho música o leo mientras estoy a tu lado. Tu nombre no describe
lo importante que eres, a pesar de que lo digan en otro idioma. Nadie ha
escrito jamás poemas sobre ti, pero el mundo te conoce como WC…
GR
Compañero de mate
Acompañando mis tardes y mañanas, me sostienes con tu
impronta rígida y musculosa. Tu largo y angosto paseo de cerámicas, claras como
las nubes de terciopelo, me refrescan las tardes de verano. No he pasado ni un
día sin tomar mate junto a ti. Y mis geranios y malvas te agradecen tu cuidado.
Siempre atento al mal tiempo, la lluvia y las tormentas no despeinan ni un poco
tu cuerpo reluciente. Tus socios rellenos de tierra, vida y colores nos
acompañan desde hace tiempo. Cada tanto te veo y limpio tu cuerpo, que se tiñe
de rojizo cuando luego de una sudestada los edificios vecinos te trasmiten su
agonía. Tú me proteges de una caída al vacío. Tu me das mi libertad para que
pueda moverme y ser libre. No te pones celoso de que mire otros colegas. Eres
mi compañero y mi sostén…, eres mi balcón….
G
domingo, 9 de septiembre de 2018
Viajeros
Abandonarme al paisaje, liso y llano. Como una gaviota que
inicia su vuelo. Sensaciones de libertad, de escribir con kilómetros recorridos
una curva sin final. El comienzo de todo viaje inicia en la necesidad imperiosa
de detener el reloj. De cubrir recorridos, parando cuando una sola vista nos da
la alegría del paisaje. Son movimientos constantes, lúcidos y sincrónicos.
Querer llegar a destino no es el final, sino el principio. Vivir del sabor a la
aventura de postrarnos en un atardecer, de solo observar la inmensidad del
espacio. De noches estrelladas, de días ventosos o de la calma que nos brinda
el mar. Antítesis del paisaje montañoso donde la quietud nos invita a meditar.
Viajar es perderse en el tiempo. Los minutos ya no cuentan. Solo
vale la memoria. Recorrer las vivencias en un sueño lejano. Sentarse en la
playa, en un café, o incluso caminar por aquel sendero, nos guiará hasta un
sentimiento de paz. De paz infinita. Sin tan solo tuvieras un segundo podrías
ver mi razón. Razón de viajar, de vivir, de experimentar, de ser uno con tu entorno.
Por más que tu viaje sea largo. Por más que sea tu viaje sea corto. Empezará
cuando el viaje te enamore...
lunes, 3 de septiembre de 2018
Aeropuerto Fugaz
En un abrir y cerrar de ojos, ella se encontraba en el aquel
aeropuerto rumbo a su querida tierra natal, que la supo albergar durante sus
años de adolescencia. La esperaban sus familiares y amigos de la infancia. Con
su imagen ya cambiada, sus zapatos de tacón alto y una cartera Luois Vuitton
haciendo juego, temía que no la reconocieran al llegar. Bebió el último trago
de aquel vaso de Champagne y decidió salir a la terraza a tomar aire fresco.
Saboreando un sol de
noviembre lo vio fumando un cigarrillo mientras hablaba por celular. La
primera impresión la impactó. Con un traje Armani negro, bien afeitado y
anteojos negros, sus canas le parecían atractivas. Justo cuando se disponía a
acercarse, oyó una batalla de gorriones
y del susto dejó caer su celular al piso. Casi sin darse cuenta, él ya estaba
levantando su Samsung Galaxy dorado. Se cruzaron la mirada a través de los
lentes y ella supo que la mitad de la batalla estaba ganada. Un aire verde y claro flotaba en aquella
terraza del aeropuerto de Barajas. Una pequeña charla, que entre nombres,
apellidos y profesiones dejaron el camino libre para un fuego que se consumía
entre ellos.
Casi sin pensar en el murmullo de la gente, ella le sonrió y
él sin mucha explicación se acercó, la agarró de la cintura y posó la mirada en
su boca. Ella mordiéndose el labio sintió su perfume y su aroma le recordó
viejos amores fallidos. Mientras se oía a lo lejos el rugido de un avión a
punto de despegar, él se acercó aún más y ella sin dudar un instante posó sus
carnosos labios en los suyos. No hubo ninguna conversación más importante que aquel
encantamiento entre ellos, digno de salones reales y lujuria novelesca.
Cuando estaban por desprenderse el uno del otro, ella oyó el
último llamado de su vuelo y sabía que tenía que partir. Su príncipe estaba
parado ahí, pero sus destinos eran diametralmente opuestos. El quiso susurrar
algo a su oído, pero ella colocó su dedo índice en su boca y lo calló. Se
dirigió a la puerta de entrada para tomar el avión y mientras lo miraba sentía
que ya no había retorno. No hubo ninguna palabra, ninguna expresión verbal, solo con sus ojos, para parar aquel fuego
frio….
FIN
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