martes, 28 de diciembre de 2021

Homeless 1

 

Tan solo y tan acompañado
Tan alegre y tan desamparado
Tus cicatrices y tus arrugas
Me recuerdan tanto a mi viejo

Tu barba blanca desaliñada
Tus ojos perdidos en el cemento
Tu esperanza renovada diariamente
Tus bolsas de recuerdos incontables

Solo tu sabes el sufrimiento de tus manos
Solo tu sabes lo importante que es tener fe
Cada día te levantas por un nuevo amanecer
Cada día respiras la quietud de tu respiración

Y vuelves sobre toda tu infancia feliz
Y solo tu puedes burlarte de los sinsabores
Y solo tu puedes acompañarme con esa sonrisa
Esa compañía, esa charla, ese canto de sinceridad

Conocerte fue el destino, mi destino
Compartir un mate, unas palabras, unos minutos
Quien no querría estar oyendo tus vivencias
Quien no querría tan solo saber tu nombre

Poder brindarte unos instantes de júbilo
Poder brindarte un poco más de vida
En cada palabra, en cada voz, en cada mirada
En cada gesto, en cada momento compartido

Solo resta decirte algo con el corazón
Que seguramente ya lo sabrás
Mis palabras podrán parecer extrañas
Pero tu nombre se escribe con una razón

Tus cicatrices y tus arrugas
Tu esperanza renovada diariamente
Escribe en el pavimento de la vida
Solo un nombre que es alegría

Ruben…..

miércoles, 28 de abril de 2021

Descanso

 

Yo te daré descanso cuando estés agotado.
Te esperaré paciente que unas tu cuerpo con el mío.
A veces me darás la espalda, aunque no siempre sea así.
Cuando tengas que estudiar, trabajar o simplemente pensar.
Siempre estaré para darte consuelo.
Porque se lo importante que puedo ser.
Al fin y al cabo me elegiste como tu preferida.
Si tan solo pudieras pensar en mi de vez en cuando.
Ya sé que no es mi función en este universo.
Aunque a veces pueda parecer un poco tosca y dura
Aunque a veces no me elijas a mí,
Yo sé que por fin me darás tu cuerpo.
Y juntos miraremos para el mismo lado, unidos.
Porque si se que algo es cierto es que tan solo soy
Tu silla preferida….

viernes, 9 de abril de 2021

Será culpable

 

Se sentó en la blanca silla de madera y miró por última vez ese atado de cigarrillos negros sabiendo que solo tenía el último. Decidió dejarlo para la mañana siguiente luego del desayuno. Había leído que ponerse metas para dejar de fumar tenía como consecuencia de una mejora en su salud general, tanto física como emocional. Luego de asearse, se recostó sobre la cama y le costó mucho dormir. Tenía muchas cosas en mente aquella noche. Estaba ansioso por terminar con su trabajo y largarse de vacaciones a una aventura por Bangkok.
Boris Yenko era un científico de renombre, que había tenido una carrera brillante en Moscú, pero que se hallaba de paso en la ciudad de Jabárovsk, por un trabajo encargado por el Ministro de Salud de su país. Era una persona muy alta, de contextura atlética, rubio y de ojos azules. A pesar de haber cumplido ya los cincuenta años, poseía una energía y vitalidad poco común entre sus colegas de la misma edad. Su padre le había obligado a que estudie varios idiomas durante su juventud. Si bien el recuerdo le era ingrato, en su corazón guardaba mucha admiración por esa exigencia.
Se levantó a las 5 de la mañana como todos los días, abrió las ventanas de la habitación de aquel departamento de alquiler temporario y aunque todavía el sol no había salido hacía calor. Dejó que circulara el aire y luego de bañarse, tomó un rico desayuno de huevos con tocino y un café con leche. Miró nuevamente el atado de cigarrillos, tomó coraje y lo aplastó con una mano sabiendo que ese día dejaría definitivamente de fumar. Para suplir la ansiedad había comprado una caja de goma de mascar mentolados.
Ya en camino a su trabajo, miró por la ventana del coche de alquiler y poniendo la radio se enteró del pronóstico del tiempo, aunque le restó trascendencia. Como era habitual tardaría menos de media hora hasta aquella base militar. Seguía molesto por haber dejado el cigarrillo, con lo cual sumó otro chicle a su boca.
Cuando por fin llegó a la base militar, estacionó en su lugar reservado, bajó del coche y se dirigió a su despacho en el último piso. La base militar estaba en el sur de la ciudad a tan solo una cuadra de la frontera norte de la República Popular de China. Era una base aérea con un edificio de tan solo cinco pisos, pero escondía un laboratorio en el primer y segundo subsuelo.
Luego de pasar los controles pertinentes de seguridad y una vez acomodado en su despacho su secretaria le informó que el encargado del proyecto estaba enfermo y no podía asistir a la última prueba ese día. Ya molesto y enfurecido tragó saliva e introdujo 3 chicles en su boca, pensando que con esto calmaría su ansiedad.
Bajó con el ascensor de seguridad especialmente diseñado solo para los jefes de proyecto. Se abrió la puerta y dos guardias fuertemente armados lo saludaron, él hizo un gesto de aprobación y pasó la puerta de dos hojas corredizas automáticas.
El laboratorio era de última generación y para poder trabajar en los cubículos de vidrio templado, los empleados debían colocarse un traje de plástico reforzado con una escafandra.   
Ya molesto por la ausencia de nicotina en su sangre se colocó el traje, pero antes metió otro chicle mas en su boca. Debía terminar el proyecto y no tenía más que unas horas para hacerlo. En el interior del cubículo había una mesa de aluminio, microscopios y demás elementos de uso científico. Había dos personas trabajando y decidió no molestarlos con charlas innecesarias.
De repente y sin darse cuenta del motivo se quedó sin aire, se había atragantado con la goma de mascar. Empezó a dar gritos ahogados y sus colegas se dieron cuenta que si no hacían algo su vida correría peligro. Le extrajeron la mascarilla y uno de ellos le dio un golpe seco en la garganta.
Al cabo de unos segundos Boris pudo por fin respirar, pero se dio cuenta el lugar que estaba respirando. Se colocó la mascarilla enseguida y les dijo a sus colegas que no dijeran nada del incidente. Al cabo de unas horas uno de ellos por fin levantó la mano en señal de victoria y Boris salió del cubículo, se sacó el traje y decidió ir a su despacho. Se sentó y miró por la ventana con un hermoso atardecer con el Río Amur de fondo. Había concluido la pesadilla de tres meses intensos de trabajo de campo. Ya se imaginaba el vuelo a Bangkok y eso le producía paz interior.
El viernes tuvo que estar todo el día escribiendo informes y preparando planillas para sus jefes.

 Aquel domingo el vuelo saló puntual bajo una intensa lluvia torrencial. Estaba exhausto y decidió tomar un poco de alcohol para intentar dormir. Sabía que le esperaban casi 8 horas de vuelo.
No pasaron más de 3 horas que el avión de Shanghái Airlines empezó el descenso. Boris ni se enteró porque seguía durmiendo. Cuando aterrizaron él se despertó un poco aturdido, le dolía la cabeza y tenía nauseas.
El comandante de la aeronave les comunicó a los pasajeros que debían cambiar de avión por un desperfecto técnico en una de sus turbinas. Molesto de esa situación, se levantó de su asiento de Primera y se dirigió al salón de embarque. No le interesaba saber en que ciudad de China se encontraba, solo quería llegar a su destino. Culpa del mal tiempo le avisaron que hasta la mañana siguiente no iba a poder salir el vuelo a Bangkok. Se tomó un taxi que lo llevó hasta el hotel que la compañía aérea había reservado para los pasajeros de ese vuelo. Una vez en su habitación decidió que quería pedir algo liviano. Una sopa estaría bien.
Seguía con malestar y luego de la sopa se le agregó una alergia que no dejaba de estornudar. Harto de esa sensación desagradable bajó hasta el lobby del hotel y se dirigió al restaurante. Por todo el camino estuvo estornudando y tosiendo. Se sentía tan mal que, a pesar de su estado atlético, no se tapaba la boca. Se dirigió a la cocina y pidió hablar con el encargado. Por la hora solo había una persona trabajando.
-Yo pedí una sopa a mi cuarto y ahora no paro de estornudar ni de toser- exclamó Boris en señal de enojo-
-Perdón Señor, pero es la única sopa que nos quedaba- respondió la cocinera.
-¿Me puede decir que es lo que me dio de cenar?”- contestó Boris ya con signos de alteración.
-Es sopa de Murciélago típico de esta ciudad de Wuhan….

martes, 6 de abril de 2021

Déjame, mas no me dejes

 

Si de ti, he de aprender, a soñar, a meditar, a vivir.
Déjame decirte cuanto he reflexionado.
Porque de la indiferencia y el temor no he vuelto.
Tendré que ver un futuro más soñado.

En esta vida de permanente cambio.
No he logrado aún mi meta más preciada.
Por mi angustia a esa noche más oscura.
Es que te ruego que vuelvas a mí, mi amada.

Nuestro pasado nos condiciona a morir.
Del recuerdo, de tu inocencia, de tu sentir.
Haz de mi tu luz y tu guía, sin por ello sufrir.
No tengas miedo, déjame acompañar tu vivir.

Si de emociones viven personas como tú.
Con esa simpleza de espíritu, con esa humildad.
No soy quien para llevarte de mi mano.
Trataré de escribir cuentos y relatos de bondad.

Si de emociones vive mi corazón y mi razón.
Con ese latir, con ese pensamiento transformador.
Haz de mi tu compañero de osadas aventuras.
Déjame decirte que mi alma solo busca tu valor.

He recorrido muchos caminos de vicios y virtudes.
He andado por laderas de amor y compasión.
Y al final del arcoíris, aún no pude encontrar ese tesoro.
Porque el verdadero diamante se esconde en tu corazón.

Ya al final de mis versos, coplas y relatos.
Ya la final de tu caricia y desinteresada sonrisa.
Solo puedo afirmar que te he visto desfilar.
Hoy me quedo solo, a pesar de tu eterno brillar.

Si de ti he de aprender, que sea para soñar.
Déjame decirte cuanto me has enseñado.
Déjame decirte todo aquello que, de mi sentir, vive.
Déjame expresar mi mensaje, más no me dejes abandonado.

 

GR

jueves, 30 de julio de 2020

Hasta luego...

Confieso que podría haber hecho más.
Que podría haber hecho de mi vida una gran odisea.
Si tan solo me hubiera animado a salir descalzo en invierno.
Si tan solo me hubiera animado a decir lo que siento.

Confieso que podría haber hecho más.
Que podría haber amado hasta el infinito y más allá.
Si tan solo me hubiera animado a correr por la arena.
Si tan solo me hubiera animado a viajar por el mundo.

Confieso que te he visto huir de tus miedos.
Que podría haberte dado una mano y resolverlo juntos.
Si tan solo te hubieras animado a contarme eso de ti.
Si tan solo tu padre no te hubiera abandonado como lo hizo.

Confieso y sigo por ese camino, porque de ti espero.
Que algún día seas esa mujer que tanto soñaste ser.
Si tan solo hubieras caminado conmigo al atardecer.
Si tan solo hubieras sentido mi corazón latir de amor por ti.

No quiero confesar más, sin antes haberte besado.
No quiero vibrar más, sin antes haberte acariciado.
Si este fuera mi momento de pasar y decir hasta luego.
No lo sabré yo, ni lo sabrás tú, solo él que me espera.

No tengas miedo, mi tiempo se ha agotado.
Rogué y rogué por más minutos contigo y con mi hijo.
Si tuviera que confesar algún desliz, alguna vez que te fallé.
Solo sería las veces que no dije cuanto te amo.

No tengas miedo hijo mío, tú también podrás seguir.
No tengas miedo de la vida, eres fuerte y decidido.
Confieso que podría haber estado más tiempo a tu lado.
Y decirte lo mucho que llenaste mi vida, y decir hasta luego.

Y decir, hasta luego….


jueves, 28 de mayo de 2020

Aislamiento

Acostúmbrate a vivir en la soledad de tu casa.
Esa soledad que luego de un tiempo desearás.
Un tiempo para reflexionar tus miedos y alegrías.
Un tiempo para construir tu espíritu de bondad.

Acostúmbrate a generar espacios de amistad.
Esas amistades con recuerdos, de memorias pasadas.
Un tiempo para estrechar lazos de amor en gel.
Un tiempo para unirte con amigos y amigas ganadas.

Tendrás de acostumbrarte a tu nueva y apacible vida.
Que ya no entiende de abrazos fuertes y cariños sedosos.
Es que el tiempo que vivimos en esta pandemia vil y cruel.
Nos ha hecho entender que somos unos simples miedosos.

Un reloj que marca la hora de un simple recordatorio.
Una pastilla, un almuerzo, una campana, una simple guía.
Un libro, una película, un café en el balcón, una sonrisa.
Todo, pero todo tendrá espacio suficiente en tu agitada vida.

Y ya no esperes de mí una respuesta de nubes celestes.
No soy quien para decirte cual es el camino de tu próximo error.
Solo soy un simple vagabundo de tierras altas y agrestes.
Tratando de encender una luz en migajas, sin gritos de horror.

Calma tu sed de venganza y tu brillo de locuras.
Calma tu mirada de odio, tu aliento de fuego infernal.
Relaja tu respiración y medita tu próxima acción.
Que cuando llegues al final del camino ya no habrá mal.

Y los vientos se encendieron, las nubes tornaron negras.
Relámpagos, truenos y vendavales azotaron tu corazón.
Todo por una libertad que está a la vuelta de tu mirada.
Todo por una libertad que ya tu sabes, sin darte la razón.

Acostúmbrate a vivir en la soledad de tu alma.
Esa soledad que luego de un tiempo, vivirás.
Un tiempo eterno para soñar con tus miedos y alegrías.
Un tiempo eterno para descansar de tanto tiempo.


Un largo período de aislamiento obligatorio.....














sábado, 9 de mayo de 2020

Artista


La creatividad no puede brotar de un sentimiento de culpa, abandono o tristeza.
Si he de crear, deberé tirar las lágrimas de esos recuerdos imborrables.
Si he de creer que mi mundo puede cambiar, deberé tener fe en mi mismo.
Los recuerdos deberán surgir como una sonrisa, como un canto, como una brisa.

La creatividad es soñar como un niño, sintiendo el viento a través de mi alma.
No he de pensar tanto y deberé liberar mis miedos, mis angustias, mis llantos.
Para dar forma a ese yo poeta, escritor, músico, artista, bailarín, o cantante,
Pondré un sí, una acción, un camino, un vivir, una libertad, una felicidad.

Basta de hurgar en mis pesadillas, basta de tener una rabia contenida, basta.
Deberé terminar con el resentimiento de mis impulsos destructivos y sin destino.
Deberé acabar con el llanto desconsolado de mi adolescente gruñón y sin madurez.
Para concluir con estos tormentos pondré mi corazón y mis agallas hasta el fin.

Escribir o relatar con sentido no es solamente encontrar las palabras adecuadas.
Cantar o bailar con pureza de espíritu significa dar rienda suelta a mis bondades.
Componer una pieza solo podrá ser posible acallando las exigencias de mis caprichos.
Para que todo esto pueda calmar mi sed, deberé cerrar los ojos y oír mis latidos.

Respiro, siento ese perfume entrando en mis venas, en mi cuerpo, en mis pulmones.
Descansar, que cuando lo haga, pondré mi cabeza en silencio hasta encontrar la paz.
Justo antes de mover mi pluma, justo antes de ponerme en movimiento deberé sentir.
Y Sentiré esa electricidad que me recorre y podré por fin visualizar mi destino creativo.

Cuando las voces de mi cabeza dejen de dar órdenes de lo que debería hacer.
Cuando las obligaciones de mi vida dejen de preocuparme sin sentido.
Cuando mis necesidades de sentirme contenido o dentro de un límite establecido.
Solo ahí podré sacar a flote ese salvavidas creador, esa burbuja de esperanza.

Solo ahí seré un verdadero artista…

Homeless 1

  Tan solo y tan acompañado Tan alegre y tan desamparado Tus cicatrices y tus arrugas Me recuerdan tanto a mi viejo Tu barba blanca des...