sábado, 17 de noviembre de 2018

Sin límites


Ir en busca de algo que me llene, que me permita completarme. 
Volver en busca de algo de paz, que me de tranquilidad.

Viajar al trabajo, viajar de vacaciones, viajar en subte, viajar en colectivo, en auto o incluso en avión. Es un ir y venir casi de memoria para encontrarme con mi verdadero yo. Esa persona que sueña, que siente placer por los pequeños momentos en silencio. O escuchando alguna melodía. Pero que no siempre encuentra lo que busca.
Y buscar un por qué. Una respuesta. Algo que me de sentido a esta vida que es un ir y venir. Que no se obtiene sin parar y pensar. Nuestra única atadura y que no nos deja ser libres, está en nuestra mente.
Podríamos lograr casi cualquier cosa, pero preferimos ponernos límites. Los límites nos dan sentido a nuestra vida. Pedimos la hora, damos las gracias y solo nos preocupamos cuando estará la comida o cuando será la hora de marcharnos. Pero piensa. Si solamente no existieran los relojes, igualmente deberíamos guiarnos por la salida del sol o eventualmente por la puesta del sol. Por este motivo, creo que los inventos del mundo moderno son para brindarnos límites. Y los aceptamos por miedo. Miedo al caos, que está en nuestro interior. Es el miedo a no tener límites. Las leyes, las reglas, los límites son inventos nuestros.

A pesar de este ensayo, yo seguiré mirando el reloj y respetando las leyes. Porque incluso aquellos que dicen no tener reglas tienen sus leyes. Y es ahí que llegamos al principio. Tomamos por la izquierda o por la derecha. O incluso por el centro. Todos seguiremos con nuestras leyes, reglas o principios. Pero todo esto no nos hace completarnos como seres humano. No nos llena el alma. No nos trae paz.

Porque la verdadera paz la encuentras cuando cierras los ojos y no hay ruidos, ni imágenes. Verás como tus preocupaciones desaparecen. Porque las preocupaciones son límites inventados.

La luz proviene de ti mismo. Sin reglas. Sin relojes, ni límites. No busques más. Las cosas materiales no te dirán que hacer. No te dará felicidad.

Sonríe. Inténtalo. Deja de moverte y verás...

Calla. Cierra los ojos. Solo escucha y siente. El viento soplando, la lluvia cayendo. El calor del sol o la suave brisa del mar. 

Y ahí estará tu felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Homeless 1

  Tan solo y tan acompañado Tan alegre y tan desamparado Tus cicatrices y tus arrugas Me recuerdan tanto a mi viejo Tu barba blanca des...