El “Porque” escribo.

El paisaje uno lo observa, le da regocijo, lo mira y lo admira varias veces. Pero los animales, peces, aves que viven ahí no se detienen a mirar y a maravillarse de esto.

Cuando uno mira a la playa deja de mirar cada grano de arena.

¿Como sabemos que lo que yo miro, es lo mismo que otros miran?

¿Como sabemos que los colores que yo miro sean los mismos que otros miran?

Mientras yo estoy escribiendo la palabra PRESENTE, el “presente” se hizo “pasado”, ya que ya lo escribí y aunque lo borrara, quedaría en el pasado. Lo que escriba dentro de 10 minutos podrá ser el futuro, pero cuando llegue se convertirá en presente mientras lo toco, pero al segundo después es nuevamente pasado. Por ende, no hay presente. Es toda una ilusión. Además, el futuro está basado en una hipótesis no del todo cierta que dice que todo lo que pasó va a volver a pasar. Si hoy salió el sol, no necesariamente va a salir mañana. Entonces, si el presente no existe, solo existe el futuro inmediato y el pasado. Pero como al pasado no lo podemos modificar, solo sería válido para mi, sí es algo positivo. 

Quedará como una anécdota, un cuento, una historia.
Justamente yo escribo para dejar plasmada una idea, un pensamiento, un sentimiento.

Pero mi idea del mundo no necesariamente tiene que coincidir con tu idea del mundo.

 La paz que experimenta mi alma cuando trato de escribir no tiene correcciones literarias. Podrás ver mis errores. Podrás ver que me equivoco. Pero lo que trato de hacer es mover algo adentro tuyo, algo que te movilice.

¡Es por esto por lo que escribo!