viernes, 7 de diciembre de 2018

Carta a mi MM



Si yo fuera egoísta. Si yo fuera una persona injusta.
Si yo fuera todo eso y mucho más, podría pedirte que cambies.
Pero el que tiene que cambiar soy yo.
De nada sirve que te reclame.
De nada sirve que te eche la culpa de tus errores.
Tú me diste lo que pudiste darme.
No hay palabras de perdón y de arrepentimiento,
que salgan de tu alma, porque tu vida la recorriste a tu manera.
Fuiste una persona con una historia difícil.
Un pasado que aún hoy te sigue persiguiendo.
Tus caprichos, tus temores y tus dudas pese a quien le pese son parte de tu vida.

Si yo me alejé no fue porque no te amara.
Mi camino también fue difícil.
Al fin y al cabo, la gente habla sin saber.
Opina de los demás por temor a ver sus propios errores.
Te pido que me aceptes tal y como soy.
Porque lo que nos une no solamente son los lazos de sangre, sino el recuerdo de toda una vida de sonrisas y buenos momentos.

Tenemos tiempo aún para encontrarnos.
Tenemos tiempo aún para conocernos mejor.
Nos tenemos el uno al otro.
Y ahí empezaremos a entender las razones y los motivos que nos llevó a alejarnos.
Pero más importante es que nos demos tiempo para perdonarnos.
Tampoco quiero, con estas palabras, que me veas triste.
Si te escribo es porque no quiero que el día de mañana tenga que recordarte en tu lecho con pétalos de lágrimas.

Luego de tanto caminar, luego de tanto deambular por terrenos escabrosos, puedo decir que encontré la paz.
Esta paz está en aceptarte como eres.
En mi historia estás tú, en mi futuro estás tú.
Tú sabes que te extraño, aunque no lo oigas de mi boca.
Tú sabes que, aunque no esté a tu lado, estaré siempre en tu corazón.


Tuyo por siempre….
G


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